La pandemia en México se enfrentó con la educación en línea y a distancia que si bien tuvo importantes beneficios para la mayoría de los alumnos, también dejó retos qué afrontar como la falta de socialización entre niños y niñas, la urgencia de regresar a clases garantizando la salud, la identificación de alumnos con rezago, el abandono escolar y los problemas socioemocionales tanto de alumnos como de maestros.
En agosto del 2021, con la nueva normalidad. El regreso a clases estuvo lleno de acciones, expectativas y preguntas: habilitar la escuela, poner en marcha un protocolo de salud, apoyar a los alumnos de rezago, fortalecer los aprendizajes, organizar los grupos para mantener la sana distancia, ¿cómo procurar el distanciamiento entre los chicos?, ¿podrán quedarse con el cubrebocas puesto durante 4 horas de clase?, ¿cuánto tiempo les llevará adaptarse a la escuela y desapegarse de sus padres? , ¿cómo se sentirán después del confinamiento y tal vez llevando encima la experiencia de la muerte de un familiar?
El primer día de clases es inolvidable, lejos de encontrarnos con alumnos llorando abrazando las piernas de su madre y sin querer entrar a la escuela, los niños y las niñas cruzaron la puerta con ojos de asombro, felices de estar ahí, con ganas de explorarlo todo, de conocer a su maestra, de jugar con otros niños, de aprender. Las maestras sólo podíamos ver los ojos de los alumnos porque todos ellos portaban el cubrebocas, alcanzamos a notar alegría reflejada en ellos, en su conducta y en sus palabras.
Por contradictorio que parezca, este estado era efecto de la pandemia, en el reencuentro todos teníamos cosas que decir, necesidad de platicar anécdotas, de explicar cómo nos cuidamos, de describir alguna situación especial, de escuchar cómo nos sentimos.
Con este panorama surgió el proyecto “Yo te lo cuento” como un espacio de creación artística donde los niños pequeños pudieran expresar, primero, a través de la oralidad y después de la literatura, su pensar y sentir con relación a la pandemia. El proyecto se orienta en dos campos formativos: (1*) Exploración y Comprensión del Mundo Natural, (2) Lenguaje y Comunicación y el área de desarrollo (3) Socioemocional. Los aprendizajes esperados: (1*) Practica hábitos de higiene personal para mantenerse saludable y conoce medidas para evitar enfermedades.
(2*) Comenta, a partir de la lectura que escucha de textos literarios, ideas que relaciona con experiencias propias o algo que no conocía, Construye colectivamente narraciones con la expresión de las ideas que quiere comunicar
por escrito y que dicta a la educadora, Construye colectivamente rimas sencillas.
(3*) Reconoce y nombra situaciones que le generan alegría, seguridad, tristeza, miedo o enojo, y expresa lo que siente.
La parte fundamental de este proyecto es la literatura y la creación de textos literarios sobre la pandemia, así que utilicé como elementos detonadores de la experiencia estética tres libros, uno para cada etapa del mismo:
Para el inicio, donde los alumnos hablaron de lo que sabían sobre el coronavirus qué es, cómo se contagia, qué podemos hacer para cuidarnos utilicé el libro El Día en que todo se detuvo, un cuento de Jordi Iñesta y de creación colectiva “donde un amplio grupo de artistas mexicanos de diversas partes del país presentan esta obra literaria interactiva que da pie a la reflexión y expresión de lo sucedido, a discutir sobre las medidas higiénicas, a conocer nuevas palabras, a decir cómo nos sentimos y recordar alguna situación significativa que los niños pasaron durante la cuarentena”. Otras actividades complementaron esta primera etapa: juegos, canciones, exposiciones, práctica del lavado de manos, todo este bagaje de experiencias se concretó en cartas dictadas y escritas por los alumnos, previo conocimos qué es una carta, cuáles sus partes, leímos algunas escritas por las madres y por otros niños. Si bien la carta no es propiamente un género literario, sí fue un primer encuentro con la palabra escrita expresada en sus conocimientos previos, su experiencia ante el covid con un familiar cercano o su maestra enfermos y como resultado, su primera creación artística para este proyecto.
“Observar a alguien que lea y escriba es fundamental para que luego los niños intenten leer y escribir por sí mismos” Lepe, 2022
“Leer y escribir como prácticas sociales son formas de lograr objetivos sociales y prácticas culturales más amplios” Zavala, 2009
Definitivamente, como profesores de educación superior o media superior, no tenemos la delicadeza en estos temas, poniéndonos en el lugar de nuestros compañeros de prescolar. Gracias por ampliar mi perspectiva.
Considero a los docente grandes guerreros , que tuvieron grandes luchas que enfrentar , primero sin muchas armas , solo su corazón , pero enseguida supieron nuevas armas empuñar , aprender tecnologías y plataformas a usar.
Maestro, digno eres de admiración y bien ganado el cariño de todos en esta nación
Muchas gracias por su comentario. Saludos
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