Estrategias tecnodidácticas metacognitivas

Estrategias tecnodidácticas metacognitivas

La Autora

Doctora en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora investigadora, perfil PRODEP, candidata al SNI y asociada candidata al COMIE, adscrita a la Universidad Autónoma de Guerrero. Gestora tecnopedagógica de plataformas educativas digitales, objetos de aprendizaje, blogs y MOOC. Coordina el cuerpo académico consolidado modelos de evaluación y redes de trabajo en SOMECE, Red LaTE y REDEM. Sus líneas de trabajo e investigación son tecnopedagogía, personalización del aprendizaje, aprendizaje móvil, evaluación e inclusión.

Correo: elvia_garduno_teliz@hotmail.com

Dra. Elvia Garduño Teliz

    Resumen

Los procesos de metacognición se asocian con el aprendizaje de las personas al tomar conciencia de las dificultades y facilidades que hemos tenido para lograr una meta formativa. La metacognición también integra nuestras percepciones sobre la autoeficacia, es decir, la confianza en nosotros mismos y la motivación para perseverar y persistir. Las estrategias metacognitivas se centran en el autoconocimiento tanto a nivel individual como grupal a través de preguntas, frases detonadoras, imágenes o cualquier elemento que promueva la reflexión dialógica individual o conjunta. En la virtualidad, éstas adquieren una perspectiva tecnodidáctica en el uso de aplicaciones con sentido autogestivo e identitario.

La metacognición en los espacios virtuales

La metacognición es un proceso complejo que decanta nuestras acciones y emociones como parte de los aspectos que intervienen para que logremos o no metas formativas y así aprender a lo largo de la vida. En sentido estricto, la metacognición es cognitiva o se refiere al conocimiento metacognitivo en tanto que la persona toma conciencia de sus habilidades, recursos y conocimientos previos para incorporar y apropiarse de los nuevos, por lo que nos ayuda a aprender a aprender. Además, es estratégica pues las personas movilizamos acciones específicas y generamos un inventario de ellas para lograr las metas formativas que nos han impuesto o en el mejor de los casos, nos hemos propuesto. La autorregulación de nuestros hábitos, tiempo y emociones forma parte de estas estrategias.[i] Por lo tanto, existen tres componentes que participan en la metacognición.[ii]

 

  1. Los conocimientos de la persona sobre sus propias capacidades: La percepción de autoeficacia respecto a sus habilidades de pensamiento como la memoria, la atención y la comprensión para abordar la tarea. Por ejemplo, cuando una persona tiene que afrontar una actividad académica que lo desestabiliza o lo lleva fuera de su zona de confort (lo que le da certeza y seguridad), es importante que se haga consciente de sus propias capacidades antes de afrontarla, además de realizar una autoevaluación como parte de su autorregulación (esfuerzo para no abandonar la tarea) y, en dado caso, solicitar el acompañamiento para obtener la ayuda que ha detectado que necesita.
  2. Los conocimientos, habilidades y actitudes que tiene sobre la tarea que resuelve: El reconocimiento de las facilidades y dificultades para su abordaje, continuación y culminación. Por ejemplo, a algunas personas se les facilita más responder preguntas que formularlas, por lo que, ante la complejidad de la tarea, necesitan movilizar además de los conceptos o hechos que conocen, las actitudes de persistencia, tolerancia a la frustración, así como las habilidades de atención, detección y manejo del error para hacer frente a la actividad.
  3. Las estrategias que movilizan para resolver la tarea: La conciencia sobre las acciones que realiza una persona con su propio inventario de recursos o, en el mejor de los casos, que agrega nuevos recursos para resolver la tarea. Por ejemplo, tomar notas de la clase y revisarlas puede ser parte de una rutina, pero redactar nuevas ideas para construir un proyecto es un nuevo recurso que amplía la complejidad de la tarea.

Nótese que, en todo momento, nos hemos referido a la persona y no al estudiante y al docente, pues antes que interponer los roles que cada uno de ellos desempeña en los procesos formativos, queremos que el lector tome conciencia de que los procesos metacognitivos no son solo parte de la planeación didáctica, sino que forman nuestro estilo y hábitos de vida.

La pandemia exacerbó el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la educación, sin embargo, la ausencia de metodologías propias para trabajar en la dinámica y características de estos espacios generó experiencias contrarias a la metacognición, pues diversos estudios reportan situaciones de estrés y ansiedad producto de la sobrecarga de actividades escolares y la persistente emulación de la logística y dinámica presencial.[iii]

Aunado a lo anterior, es innegable pensar que cada vez más personas estamos interconectadas en espacios virtuales más que en los presenciales, lo que implica la exposición cada vez más temprana a patrones adictivos de placer y recompensa cerebrales. Por ejemplo, los refuerzos positivos que se esperan cuando se sube una fotografía o comentario a redes sociales y que pueden manifestarse a través de reacciones y comentarios de los usuarios. El peligro de los refuerzos negativos en la Internet es latente, pues dentro de los varios riesgos que existen se encuentran además de los mensajes de odio en redes sociales, trolls (mensajes provocadores y polarizadores), los perfiles fraudulentos, la suplantación de identidad, el robo de información, los bulos (falsedades articuladas o fake news), el ciberacoso, la infoxicación (el exceso de información) y una presión social latente.[iv]

¿Cómo podemos preparar a las personas para movilizar sus recursos metacognitivos en los espacios virtuales?

Como parte del protagonismo que han adquirido los espacios virtuales en los actores educativos, se ha detectado la ingente necesidad de acompañar a los estudiantes, particularmente a los infantes y a los adolescentes, en la construcción y deconstrucción de las huellas que dejan en su paso por la Internet. Las huellas digitales representan los rastros de las búsquedas, consultas y publicaciones que compartimos o nos comparten en la web, así como las reacciones que tenemos ante las mismas. Otro aspecto es la autorregulación de las emociones y de las habilidades de pensamiento que influyen en nuestro aprendizaje y comportamiento tales como la memoria, la atención y la comprensión. Ambos aspectos, pueden trabajarse en las personas tanto de manera individual como colaborativa a través de la metacognición.

Al retomar la metáfora de martillo de Chomsky[v] sobre la Internet, en la que esta red puede servir tanto para construir como para destruir, se propone al lector visualizar los espacios virtuales, más allá de ser simples herramientas o medios, es decir, aprovecharlos como espacios de construcción de oportunidades de aprendizaje para mejorar nuestras relaciones humanas, sociales y académicas. En este sentido, el reconocimiento de estos espacios como artefactos socioculturales que contribuyen a la deconstrucción y reconstrucción de nuestra identidad y huellas digitales es parte de este proceso.

Eventos metacognitivos en espacios virtuales

Cuando abordamos procesos formativos en espacios virtuales, sean éstos formales o informales, es necesario plantear la integración de la tecnología y la didáctica para coadyuvar al logro de intenciones propias o mediadas por un tercero. Si se habla de un docente y un estudiante que aprovecharán estos espacios para aprender uno o varios contenidos curriculares, las estrategias metacognitivas pueden estructurarse en torno a eventos instruccionales adaptadas del planteamiento de Gagné,[vi] a saber:

 

1. Captar la atención a través de la presentación de una situación, ya sea planteada por el docente o por el estudiante. Se sugiere que esta situación conecte los contenidos de los detonadores personales tales como intereses, necesidades, expectativas, pasiones, problemas.

2. Establecer e informar las intenciones formativas (lo que se debe, puede y quiere aprenderse). Se sugiere dar un margen de libertad de acción y expresión a la persona que realiza la metacognición para la reflexión y no para controlar el proceso.

3. Estimular la conciencia de lo previo y la apropiación de lo nuevo. Se sugiere integrar para ello los conocimientos, habilidades, actitudes, valores y saberes en la diversidad de contextos presenciales y virtuales en los que las personas nos desenvolvemos. La hibridación de nuestra historia formativa personal es clave en la metacognición.

4. Aplicar y concretar los estímulos en acciones y entornos virtuales como un blog o bitácora digital, un diario interactivo, un entorno personal y una ruta digital de aprendizaje, lo cual no contribuye solamente a generar una tarea y evidenciarla con un contenido digital, sino también a generar procesos reflexivos de construcción identitaria, conciencia de uso de las TIC y atención al rastro que dejamos como usuarios.

5. Construir conexiones, guías y mediaciones para el aprendizaje. Se sugiere conectar con personas, aplicaciones y espacios para generar comunidades y redes de apoyo como parte de los procesos metacognitivos y de nuestra presencia en línea. Esto se logra a través de la difusión de los espacios digitales personales y la integración responsable de contactos que convergen en las mismas líneas.

6. Reflexionar, socializar y realimentar sobre lo aprendido. Los intercambios de carácter dialógico favorecen a verbalizar el proceso, lo aprendido o no aprendido de la tarea, la mejora continua, las fortalezas, el reconocimiento y evitar la detracción al reconocer a los errores como detonadores para aprender y no supeditarse simplemente a señalarlos. Esta labor es amplia y no se limita a la interacción jerárquica entre docente y estudiante, pues en ella pueden converger los pares y personas externas que conforman con su experiencia y coincidencias parte de la red y comunidad que se construye.

7. Seguimiento y evaluación. Garantizar la continuidad del proceso metacognitivo es clave para fortalecer las habilidades y estrategias metacognitivas en las personas, lo cual va emparejado con la autogestión, autoeficacia y automotivación. Se sugiere promover la valoración individual y colaborativa de los conocimientos, habilidades y recursos que se han movilizado y transferido respecto a los logros alcanzados, así como el mantenimiento de los espacios virtuales a partir de la gestión de contenidos digitales ya sea propios o adaptados.

8. Movilización y transferencia de lo aprendido. Un espacio virtual con contenido digital puede ser parte de las huellas o rastros digitales que fortalezcan una construcción identitaria responsable y académica, también puede contribuirse a mejorar las interacciones de las personas en los diferentes espacios virtuales y a una toma de conciencia para la gestión de nuestras publicaciones en torno a los refuerzos positivos y negativos existentes en la Web.

Estrategias metacognitivas en la Web

Para concretar los eventos anteriores, se presentan las siguientes estrategias, así como algunas sugerencias en espacios digitales:

Rutas digitales de aprendizaje.  Esta estrategia consiste en formular y/o responder una serie de preguntas orientadoras relacionadas con el qué aprender, cómo aprender y para qué aprender. Por su naturaleza son muy flexibles y pueden integrar preguntas, enunciados, frases, imágenes, avatares u organizadores gráficos relacionados con la identidad del aprendiz (autopercepción y el reconocimiento de uno mismo), el contexto en el que aprende (hábitos, artefactos, circunstancias o situaciones que propician u obstaculizan el aprendizaje), emociones (manifestaciones y predisposiciones en la experiencia de aprendizaje), detonadores personales como intereses, necesidades, expectativas, pasiones que conecten con los contenidos o actividades de aprendizaje. Adicionalmente, también pueden integrarse otros elementos como las inteligencias múltiples, los niveles de complejidad logrados, así como los conocimientos o habilidades previas.

Los espacios virtuales que pueden utilizarse para esta introspección son múltiples y diversos. Algunos de ellos son:

Entornos personales de aprendizaje. Todas las personas, al aprender a lo largo de la vida, tenemos un entorno y entramado de fuentes, espacios, aplicaciones, artefactos y redes de conocimiento que construimos, deconstruimos y reconstruimos para ello. Un Entorno Personal de Aprendizaje (PLE, por sus siglas en inglés) es un entorno abierto y flexible que acompaña a los procesos de metacognición en una trayectoria digital y personal formativa. Algunos conceptos que se abordan en un PLE y se relacionan con la metacognición son la personalización, la propiedad, la interacción, la conciencia y la autorregulación.[vii] La estrategia consiste en diseñar y desarrollar nuestro propio entorno para tomar conciencia de él y nutrirlo con los contenidos que representan nuestra identidad y las actividades que nos interesan e identifican como aprendices, ya sea escolares o cotidianas. La intención de integrar contenidos es que vayan acompañados de textos reflexivos que den sentido y significado a su incorporación y representatividad.

Portafolios digitales. En la virtualidad, un portafolio puede ser más que una colección organizada de evidencias, es la carta de presentación de un profesional o en este caso de una persona que realiza procesos metacognitivos, ya que puede ser un espacio en el que se comparte y muestra lo más representativo en su formación: lo que le es propio. También pueden hibridarse el planteamiento de portafolios tipo vitrina (con los mejores trabajos) o tipo cotejo (los indicados por el docente) para integrar en él preguntas reflexivas, frases, imágenes, esquemas o memes que representen la toma de conciencia del proceso que atañe a cada una de las evidencias presentadas.

Los espacios virtuales son múltiples tanto para el PLE como para el portafolio digital pues ambos pueden ser tan amplios como lo desee la persona, más que el espacio, es lo que se hace y se comunica con y en él. Algunas sugerencias son:

A reflexionar

Conviene subrayar que estas estrategias pueden aplicarse a nivel personal y colaborativo, es decir, pueden conformarse a través de equipos o incluso a nivel grupal tanto en docentes como en estudiantes. La clave de estas estrategias es el disfrute que puede motivarse en las personas a partir de reconocer su individualidad y su capacidad de monitorear y evaluar sus propios procesos formativos, así como el empoderamiento que se promueve al integrar la socialización y la toma de decisiones como parte del reconocimiento de la autoeficacia y la autogestión en la metacognición. Conocerse a uno mismo implica también desaprender y reaprender a disfrutar de lo que hacemos y aprendemos, después de todo, la vida es aprendizaje y el aprendizaje es vida.

Referencias

Castañeda-Quintero, Linda y Jordi Adell, Entornos personales de aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red, Alcoy, Marfil, 2013, consultado el 26 de mayo, disponible en:  https://www.um.es/ple/libro/

Chomsky, Noam, “The purpouse of education”, learnign without frontiers, 1 de febrero de 2012, consultado el 26 de mayo, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=DdNAUJWJN08

Gagné, Robert, The Conditions of Learning and Theory Of Instruction, Wadsworth Pub Co, 1985.

Hauck, Mirjam, “Metacognitive knowledge, metacognitive strategies, and CALL”, CALL research perspectives, 2005.

Lanier, Jaron. Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato, Barcelona, Debate, 2018.

Medina-Gual, Luis, Elvia Garduño, Cimenna Chao, et al., Educar en contingencia durante la covid-19 en México, México, Fundación SM, 2021.

Puente Ferreras, Aníbal, Virginia Jiménez- Rodríguez y Carmen Llopi-Pablos, El viaje de Silvia: Nuevo diario de experimentación en el aula. Silvia explora. Estrategias cognitivas. Madrid, CEPE, 2012.

[i] Mirjam Hauck, Metacognitive knowledge, metacognitive strategies, and CALL, pp. 65-86.

[ii] Aníbal Puente Ferreras / Carmen Llopis Pablos / Virginia Jiménez Rodríguez, Silvia explora, estrategias metacognitivas, el viaje de Silvia: nuevo diario de experimentación en el aula.

[iii] Luis Medina-Gual, Elvia Garduño, Cimenna Chao, et al., Educar en contingencia durante la covid-19 en México.

[iv] Jaron Lanier, Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato.

[v] Noam Chomsky, The purpose of Education, Video Youtube.

[vi] Robert Gagné, The conditions of learning and theory of instruction.

[vii] Linda Castañeda y Jordi Adell, Entornos Personales de Aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red.

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Ante nuevos retos en educación… caminar

Ante nuevos retos en educación… caminar La Autora Licenciada en Psicología Educativa y en Educación, Maestra en Psicología Educativa y en Psicología Clínica. Se ha desempeñado como profesora de primaria,

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