Ante nuevos retos en educación… caminar

La Autora

Licenciada en Psicología Educativa y en Educación, Maestra en Psicología Educativa y en Psicología Clínica. Se ha desempeñado como profesora de primaria, además de participar como conferencista magistral en diversos congresos para padres de familia. Ha impartido cursos-taller de formación humana a investigadores del Centro de Investigación en Química Aplicada del CONACYT. Durante ocho años fue consejera de la Misión Educativa Lasallista del Distrito México Norte. Desde hace 23 años se desempeña como psicóloga en el Colegio Ignacio Zaragoza A.C, institución perteneciente al Distrito Lasallista México Norte. Tiene 15 años de experiencia frente a grupo y 35 en el ámbito educativo.

Contacto: hsalast@ciz.edu.mx

Mtra. Hilda Salas Torres

    Resumen

Al hablar de proceso enseñanza- aprendizaje, los maestros que hemos estado frente a grupo o en otra responsabilidad dentro de una escuela, por muchos años y en diferentes épocas, encontramos un dato común: enfrentar y superar la incertidumbre para adaptarnos, acompañar a los alumnos para adaptarse y así crecer en comunidad para templarse desde las fortalezas personales. Como docentes y formadores sabemos que no hay recetas que lleven al aprendizaje significativo, sin embargo, existen diversos caminos que podemos recorrer para lograrlo. Tomaré en cuenta los que de acuerdo con mi experiencia considero indispensables, como lo es volver la mirada al ser humano y el cuidado de la salud integral.

El siglo XXI ha tenido diversos tintes, luces y sombras. Podemos recorrer estos diversos caminos desde el uso sin control de la tecnología, la independencia mal entendida de las nuevas generaciones, la soledad, el excesivo tiempo dedicado al trabajo, la ansiedad desde etapas muy tempranas de la vida, las adicciones, el estrés, hasta llegar a los avances tecnológicos y científicos en bien del ser humano, como lo es el uso de las energías limpias, por poner algunos ejemplos. Lo más importante es reconocer que solos no podemos caminar, avanzar, vivir, ser felices, ni llegar a la plenitud.

Dos caminos para la sociedad

La incertidumbre permea en la sociedad, la falta de certeza, de seguridad y de confianza provocada por la realidad puede tener dos caminos. El primero es la depresión y con ella el sinsabor, el hartazgo, el cansancio, la falta de energía para vivir, el trabajar por trabajar. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV refiere que esta afección se distingue por un estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés o placer en casi todas las actividades de la vida diaria por, al menos, dos semanas. En los niños y adolescentes puede ser irritabilidad en vez de tristeza. La persona puede presentar problemas con el apetito, el sueño, la falta de energía y sentir infravaloración, culpa, pensamientos de muerte, tener dificultades para concentrarse, pensar o tomar decisiones entre otras.[i] Aunque es el resultado de factores sociales, psicológicos y biológicos, también las circunstancias adversas como el desempleo, el luto, los eventos traumáticos, y las enfermedades pueden provocarla. La OMS ha identificado que la pandemia ha traído como una de sus consecuencias la depresión y con ella la falta de salud mental.

Un segundo camino comprende el entusiasmo por encontrar respuestas, por recorrer caminos nuevos, por reconstruirnos, por encontrarnos, por ser mejores, por construir un mundo mejor, por disfrutar la vocación. El camino que se tome depende de muchos factores, como lo es la historia personal, la personalidad, las experiencias de éxito o fracaso, la fortaleza, la salud física, emocional y social, además del estilo de liderazgo con el que se creció, el estilo de liderazgo personal y el de las autoridades de la institución educativa, entre otros.

Ahora bien, ¿qué es caminar? Joan Manuel Serrat en su poema hecho canción menciona lo siguiente: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

Todo pasa y todo queda,

Pero lo nuestro es pasar

Pasar haciendo caminos

caminos sobre la mar.

[…]

Caminante, son tus huellas

 el camino y nada más.

Caminante, no hay camino

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

Se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino,

sino estelas en la mar.[ii]

Según el Diccionario de la Real Academia Española, caminar es “andar determinada distancia; ir de viaje; dirigirse hacia un lugar o meta”.[iii] El maestro, el alumno, la comunidad educativa camina, dejan huellas día a día, siguen su curso dirigiéndose a una meta común: el desarrollo humano integral, el aprendizaje mutuo, el conocimiento para resolver problemas o enfrentar la realidad.

El caminar puede implicar andar por senderos sinuosos, en otras ocasiones por riberas tranquilas, cumbres con caminos empedrados o desiertos. Sin embargo, este caminar compartido cobra sentido cuando la comunidad educativa comparte su pasión por aprender, por ser. Así, el caminar resulta llevadero. Este camino que va dejando huella, que lleva al ser humano a dirigirse hacia diversas metas, es más fácil si se recorre en comunidad, en fraternidad, con respeto y empatía, acompañándose desde las diferencias, enriqueciéndose con ellas, encontrando sentido en cada paso, en cada mano estrechada.

Volver la mirada al ser humano

Los maestros y las autoridades educativas se enfocaron durante la pandemia en seguir cumpliendo con los programas académicos, aprender la plataforma en la que se iba a trabajar de manera virtual, tomar lista, solicitar incansablemente que los alumnos encendieran la cámara durante la clase, asignar tareas, revisar y más preocupaciones. A su vez, los alumnos se enfocaron en conectarse, en cumplir, en subir tareas a tiempo. Las autoridades se preocuparon por supervisar que alumnos y maestros estuvieran conectados a tiempo, que las clases estuvieran, que las tareas fueran asignadas, que se cumpliera con ellas, en la evaluación y sus diversas formas, en controlar el cumplimiento desde la organización. Es posible que el centro haya sido la enseñanza y los procesos, pero ¿el aprendizaje? Más aún, ¿dónde quedó el aprendizaje significativo?

En ese camino dejaron de verse unos a otros yendo contra natura, pues se hizo cotidiano pasar largas horas frente a los dispositivos, exigiendo y autoexigiéndose centrar la atención, luchando contra el cansancio. El maestro, el alumno y las autoridades estaban conectados sin estarlo, el lazo emocional se debilitó. Carl Rogers menciona que “la persona con alteraciones emocionales experimenta dificultades, primero porque ha interrumpido su comunicación en su interior y segundo porque como consecuencia de ello se ha alterado la comunicación con los demás”.[iv] Es decir, la comunicación siempre es terapéutica, si el entorno permite el silencio interior se puede caminar hacia adentro para, por medio de la introspección, identificar lo que se siente, piensa, lo que apasiona, lo que mueve a vivir. Si se cultiva la vida interior, se puede fortalecer la comunicación con uno mismo y con los demás.

El camino hacia el interior no es fácil, sin embargo, si se cultiva poco a poco, con respiraciones lentas, música suave, meditando, se aprende a estar con uno mismo y por lo tanto con los demás. Desde niños nos enseñan sólo a hacer y no a saber estar, admirar, sorprenderse, a identificar las propias motivaciones, lo que mueve a la plenitud.

La docencia es un camino apasionante que requiere de introspección para conducir al alumno hacia su vida interior, su motivación para ser mejor, acompañar a caminar no por obligación, no por una calificación, por aprendizaje, teniendo como objetivo la resolución de conflictos de manera asertiva para descubrir a cada paso la felicidad de los logros. En otras palabras, para acompañar al alumno hacia su sensibilidad, su capacidad de descubrir el mundo, de sorprenderse porque encuentra su propio camino de aprendizaje.

La virtualidad enfrió las relaciones interpersonales, por lo tanto, es urgente volver a verse cada mañana, volver a ver en los ojos de cada persona con la que hay un encuentro, ver a través de sus ojos, identificando lo que necesita para ser mejor, para dejar “estelas en la mar”. Volver la mirada al ser humano, desde lo humano…Este es un llamado a que la virtualidad y el uso indiscriminado de la tecnología no absorba el camino de tal manera que se modele la frase memorable de Albert Einstein: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas”.

Volver los ojos al ser humano es tan sencillo como rescatar al ser humano desde lo humano… 

Caminante no hay camino, se hace camino al andar…

El cuidado de la salud integral

Víctor Frankl escribe lo siguiente: “cuando la situación es buena, disfrútala, cuando es mala, transfórmala y cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate”. ¿Y tú qué haces para cuidar tu salud? En las últimas décadas se ha perdido el autocuidado, aunado a esto, se agravó durante el confinamiento por la pandemia pues los seres humanos dejaron de verse, de percibir sus necesidades y las de sus seres queridos, se pasaron largas horas en dispositivo trabajando. Desde el aula se percibió la pérdida de hábitos, rutinas, orden, e incluso insomnio pues vimos niños, adolescentes y adultos con ojeras por no poder conciliar el sueño y durmiéndose durante las clases. Además, se percibieron problemas en la comunicación, alimentación, seguridad, dificultad para centrar la atención, vida sedentaria y falta de supervisión de padres a hijos por el trabajo en casa. Más aún, se confundieron los roles en la familia, los lazos en la familia se fortalecieron o se debilitaron dependiendo de la relación que surgió entre los adultos y los hijos.

Después de caminar por estas dificultades y volver la mirada a uno mismo y a los demás, la comunidad educativa puede recuperar la salud integral, la sintonía con la vida por medio de los siguientes consejos:

  • Estimular la propia adaptación por medio de la flexibilidad.
  • Identificar si se es flexible o rígido.
  • Aprender a modelar la flexibilidad, aprender a ceder cuando es necesario o bien a ser consciente
  • Autoevaluar la calidad de la alimentación.
  • Fortalecer la convivencia sana entre compañeros de trabajo.
  • Fortalecer la convivencia en la familia, platicar cómo estuvo el día, las aventuras de los hijos en la escuela, los logros.
  • Reconocer cómo está la comunicación, viéndola como un proceso al compartir algo o poner en común (de acuerdo con su raíz etimológica del latín “comunicare”) si hay vicios en ella, si hay fortalezas, si se escucha, aunque el otro no hable. Reconocer si se percibe el estado emocional propio y de los demás.
  • Escuchar callando los ruidos internos.
  • Volver a los roles claros en la familia, en el trabajo.
  • Supervisar responsabilidades en casa y en la escuela.
  • Identificar o redescubrir las diversas formas de diversión y esparcimiento.
  • Fortalecer la relación interpersonal, no sacrificarla por las responsabilidades o las tareas
  • Volver al ejercicio físico.
  • Buscar lograr el sueño profundo, reparando así el desgaste del día.
  • Dar tiempo para la reflexión, para la introspección.
  • Validar las emociones, identificando las causas de estas.
  • Buscar el sentido en cada día por recorrer.

Para caminar hacia la salud integral existen diversas opciones. Por ejemplo, los centros educativos pueden rescatar lo indispensable de la Norma 035, publicada el 23 de octubre del 2018, la cual presenta algunas pautas para la prevención de los riesgos psicosociales, cuidando precisamente la salud integral en el trabajo.

El personal docente cuida poco esta área de salud, pues está muy enfocado en el hacer, hacer, hacer… La inercia del cumplimiento nubla la identificación de las necesidades primarias, no se desayuna por las prisas, no se come lonche sano, no se toma agua, no se descansa. Se vive de prisa pues el objetivo es cumplir con el programa y las exigencias administrativas.

La Norma 035 “es la Norma Oficial que establece elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgos psicosociales, así como promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo”.[v] Esta norma busca lo siguiente:

  • Que se respete la dignidad humana
  • Que no exista discriminación
  • Que se otorguen las prestaciones de ley
  • Que se otorgue seguridad social
  • Que el salario sea remunerador
  • Que se reciba capacitación
  • Que existan buenas condiciones de seguridad e higiene
  • Que exista igualdad entre mujeres y hombres
  • Que se regulen las jornadas laborales, evitando que sean largas y excesivas
  • Que se vigile la ergonomía en el lugar de trabajo.
  • Que se respete el trabajo digno

Los factores de riesgo psicosocial son los siguientes:

  • Jornadas laborales largas
  • Rotación de turnos
  • Condiciones en el ambiente de trabajo
  • Organización en el trabajo
  • Sentido de pertenencia
  • Desempeño
  • Falta de capacitación o exagerar el número de cursos
  • Violencia
  • Liderazgos autoritarios
  • Carga de trabajo excesiva
  • Problemas de salud del trabajador o de los miembros de la familia
  • Ambiente físico incómodo (ergonomía)
  • Relación trabajo familia, el trabajo dificulta la convivencia

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) propone una serie de herramientas que promuevan la salud en el trabajo y el bienestar en el entorno del empleado. Para esto se debe motivar la nutrición adecuada, la actividad física, la salud del sueño, la prevención y / o atención del estrés y las adicciones, la prevención y / o atención de la violencia en el trabajo y las relaciones interpersonales sanas.

Escribe Leonardo Boff que “cuando amamos cuidamos y cuando cuidamos amamos. El cuidado constituye la categoría central del nuevo paradigma de civilización que trata de emerger en todo el mundo. El cuidado asume la doble función de prevención de daños futuros y regeneración de daños pasados”.[vi] Si se ama la vocación docente, habrá cuidado personal y cuidado de grupo. Cuidándose unos a otros se previene que haya desacuerdos en las formas de llevar al aprendizaje, se regenera el ambiente de confianza propio para el aprendizaje, aceptando los errores que puedan surgir en el camino, aceptando al otro con sus áreas claras y oscuras, resolviendo los conflictos en bien del aprendizaje y no del cumplimiento. Si se ama la vocación, se está siempre alegre caminando, aprendiendo de los aciertos y los errores. Según Toro Arango, “El cuidado de sí mismo supone al menos dos aprendizajes básicos, aprender a cuidar el cuerpo y aprender a cuidar el espíritu”.[vii]

Por otro lado, otra opción para caminar hacia la salud integral es fortalecer las habilidades socioemocionales en todos los miembros de la comunidad que conforman los centros educativos. En primer lugar, se tiene que cuidar la salud física del cerebro al tomar agua, realizar ejercicio físico, relajarse pausando el pensamiento, realizar ejercicios de respiración diafragmática, hacer tres comidas al día, con dos snacks al día uno a media mañana otro a media tarde, evitando así los ayunos largos que desnutren el cerebro, apagar los dispositivos electrónicos por lo menos una hora antes de dormir (por recomendación de los neurólogos) y dormir ocho horas diarias.

En segundo lugar, se tiene que reconocer que la perspectiva integral de la educación y el aprendizaje incluye aspectos cognitivos, emocionales y éticos.[viii] Si vemos a la educación socioemocional como un proceso transversal por medio del cual se integran a la vida valores, actitudes y habilidades, desarrollaremos herramientas que generen bienestar consigo mismo y con los demás y ese es el objetivo de atender el área socioemocional. Además, esto permite:

  • Comprender y gestionar las emociones
  • Construir la identidad
  • Mostrar atención y cuidado hacia los demás
  • Colaborar
  • Establecer relaciones positivas
  • Tomar decisiones
  • Enfrentar el conflicto de manera constructiva y ética
  • Lograr una autoestima equilibrada

Y contribuye a:

  • Lograr metas
  • Relaciones interpersonales sanas
  • Mejorar su rendimiento
  • Prevención de conductas de riesgo
  • Sentido sano de identidad
  • Libertad
  • Ética
  • Prácticas y rutinas
  • Lidiar con estados emocionales, impulsivos o conflictivos
  • Que la vida emocional sea fuente de motivación y aprendizaje

A reflexionar

Es necesario tomar en cuenta a los organizadores curriculares para enriquecer la práctica docente y hacerla más flexible, empática y significativa para alumnos, maestros y autoridades. Esta información está contenida en el programa de 2017 Aprendizajes clave para la educación integral. Las dimensiones que se desarrollan son las siguientes:

  1. Autoconocimiento: atención, conciencia de las propias emociones, autoestima, aprecio y gratitud, bienestar.
  2. Autorregulación: metacognición, expresión de las emociones, regulación de las emociones, autogeneración de emociones para el bienestar y perseverancia.
  3. Autonomía: iniciativa personal, identificación de necesidades y búsqueda de soluciones, liderazgo y apertura, toma de decisiones y compromiso y autoeficacia.
  4. Empatía: bienestar y trato digno hacia otras personas, toma de perspectiva en situaciones de desacuerdo o conflicto, reconocimiento de prejuicios asociados a la diversidad, sensibilidad hacia personas y grupos que sufren exclusión o discriminación.
  5. Colaboración: comunicación asertiva, responsabilidad, inclusión, resolución de conflictos e interdependencia.

Referencias

Boff, Leonardo, El cuidado esencial: ética de lo humano, compasión por la tierra, Madrid, Trotta, 2002.

López Barrio Mario, Estén siempre alegres, México, Buena Prensa, 2022

Pichot, Pierre, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV, Barcelona, Masson S.A, 2002.

Rogers, Carl R. El proceso de convertirse en persona, México, Editorial Paidós, 1992.

Satir, Virginia, Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar, México, Editorial Pax, 1991.

Secretaría de Educación Pública, Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación básica, México, SEP, 2017, consultado el 25 de mayo, disponible en: http://vocesnormalistas.org/2017/06/29/plan-y-programas-de-estudio-2017-sep/

Toro Arango Bernardo, Ética del cuidado: el nuevo paradigma educativo, Cuadernos del CIES, México, Editorial Santa María, 2018.

[i]Pichot, Pierre, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV, p. 391

[ii] Joan Manuel Serrat, “Cantares”, El gusto es nuestro, 1996.

[iii] Diccionario de la Real Academia Española, consultado el 25 de mayo de 2022. Disponible en: https://www.rae.es/drae2001/caminar

[iv]Carl Rogers, El proceso de convertirse en persona, p. 287

[v] Secretaria del Trabajo y Previsión Social, “Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención]”, consultado el 25 de mayo de 2022. Disponible en: https://www.gob.mx/stps/articulos/norma-oficial-mexicana-nom-035-stps-2018-factores-de-riesgo-psicosocial-en-el-trabajo-identificacion-analisis-y-prevencion#:~:text=La%20NOM%20035%20tiene%20como,en%20los%20centros%20de%20trabajo.

[vi] Leonardo Boff, El cuidado esencial: ética de lo humano, compasión por la tierra.

[vii] Bernardo Toro Arango, Ética del cuidado: El nuevo paradigma educativo, p. 37.

[viii] SEP, Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación básica, consultado el 25 de mayo. Disponible en: http://vocesnormalistas.org/2017/06/29/plan-y-programas-de-estudio-2017-sep/

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